Ayer por la tarde concluyó la etapa para registro de planillas y candidatos a ocupar los puestos de Consejería y Sociedad de Alumnos en la Facultad de Derecho. No me pude registrar. Caí por el engaño y la simulación, me dejé llevar por la "amistad" y la fe en todas las personas que se me acercaron de manera personal.
Actos de simulación e hipocresía vil. El mismo discurso de unos y otros: "queremos cambiar las cosas", "queremos mejorar", "nos importa hacer la diferencia", "tenemos proyectos muy buenos", lo mismo de cada dos años.
¿Cuántas promesas quedarán sin cumplir en el transcurso de los próximos dos años?
Lo único que les puedo asegurar a todas las personas que se me acercaron -sin intención de ocupar puestos- para brindarme su apoyo, a todos los que a cada paso me animaban y me pedían que participara porque creen en mí, sólo les reitero mi compromiso de esfuerzo y búsqueda constante por mejorar la calidad educativa, por detener los abusos de los maestros, de abrir espacios para la pluralidad de ideas y, de que siempre -y siempre es siempre- podrán contar conmigo.
Los proyectos siguen adelante, tal vez nos costará más trabajo pero ¿cuándo nos ha importado trabajar más?
Tengan cuidado, las mismas gatas ya se revolcaron de nuevo.
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